Una estructura social diferente la una a la otra

 




A lo largo de los relatos históricos hemos presenciado muchas veces la exclusión del rol de la mujer en diferentes ámbitos y épocas históricas, es por eso qué hemos escogido este tema para hacer alusión a cómo era el modo de vida y la participación qué estas tenían tanto en Esparta como Atenas, y el importante rol de la mujer espartana en la guerra.

También se hará hincapié en la esclavitud, de como era el comercio de esclavos, como se escogían, esto va desde prisioneros de guerra a niños qué fueron abandonados por sus padres por diversas razones.



Nuestro punto de partida ser la ciudad del Ática,  cuando un niño nacía el padre decidía si lo criaba o lo exponía, evaluaba antes la salud del infante y las consecuencias económicas qué este podría acarrear el hecho de criar un nuevo hijo, algunos historiadores han planteado la hipótesis de qué los mercaderes de esclavos recogían a los niños qué eran abandonados desde su nacimiento y los entregaban a amas de cría para luego venderlos como esclavos, no obstante la mayoría de los niños abandonados morían.

Al leer la historia Griega nos encontramos con una sociedad sumamente patriarcal en la cuál los varones eran dueños y herederos de todo, los herederos varones constituían el medio normal de perpetuar la estirpe y se daba gran importancia a qué la familia no se extinguiera. Los retoños de una hija se consideraba qué pertenecía a la familia del esposo y no a la de su padre.

Si de esperanza de vida hablamos, en el caso de los varones se estimaba una esperanza de vida de 45 años mientras qué de las mujeres era un término medio de 36 años, varias de ellas morían en proceso de parto.

Los varones solían casarse a la edad aproximada de los 30 años mientras qué las mujeres se casaban en torno a los 15 años, las mujeres tenían altas probabilidades de enviudar por causa de la guerra y llegar a viudas antes de la vejez.

El matrimonio en Grecia era la institución social qué sustentaba el oikos y su finalidad primordial era la reproducción, el padre de la novia declaraba en presencia de testigos “Te entrego a mi hija para qué la siembres con el fin de procrear hijos”, una vez qué el novio acepta, diciendo  “yo la tomó”, se reunían con el padre de la novia y juntos concertaban la cuantía de la dote.

 

 Las espartanas eran consideradas indecorosas por el resto de mujeres de Grecia por vivir en una sociedad más igualitaria en relación con los hombres

La mujer espartana se diferenciaba en muchas facetas de la típica mujer de la antigua Grecia que se dedicaba a organizar la casa, tener hijos, no tenía poder alguno y era dependiente de su esposo. En contraposición, las espartanas disfrutaban de relativa libertad y autonomía, siendo consideradas mujeres hermosas, astutas, independientes y atléticas.

 Por otro lado, es cierto que las mujeres espartanas no podían participar en el gobierno, acceder a cargos públicos o intervenir en las reuniones de hombre o del ejército. Pero tampoco estaban obligadas a las labores domésticas pues para ello disponían de esclavas. Además tenían el derecho de recibir bienes de sus padres, lo que les proporcionaba independencia de los hombres y ellas solían ser las que administraban la economía familiar.

Las mujeres desde muy pequeñas recibían una educación similar a la de los varones, ejercitando su cuerpo con actividades como correr, luchar, lanzar el disco o practicar el tiro con arco. Esto se debía a que consideraban que las mujeres fuertes y robustas podían aguantar mejor los partos y criar hijos igual de fuertes y vigorosos. Asimismo se dedicaban a la danza y al canto para no perder su lado más femenino.

Al igual que los jóvenes espartanos, las mujeres realizaban sus entrenamientos desnudas o semidesnudas sin que supusiera vergüenza alguna para nadie. Además, la mujer espartana era la única mujer en toda Grecia que tenía permitido acceder a los torneos, de hecho las competiciones deportivas en Esparta eran mixtas y ningún espartano se avergonzaba de ser derrotado por una mujer.

 Su vestimenta también era especial. Las espartanas eran las únicas mujeres en Grecia que vestían con peplo arcaico sin coser por los costados. Se trataba de la típica indumentaria de la época, pero dejando al descubierto las piernas para facilitar su movilidad, algo considerado vergonzoso para los y las atenienses de la época.

El matrimonio era obligatorio en Esparta por su finalidad reproductiva. Se llevaba a cabo de una forma bastante curiosa. La mujer a los 15 años recibía unas tierras de sus padres y se emancipaba, pero hasta que no cumplía los 25 años no oficializaban el matrimonio. Una edad avanzada si tenemos en cuenta los parámetros de la época.

La estructura social de Atenas estaba dividida en 3:

La polis griega estaba formada por oíkos “familias, fincas, casas”, eran la unidad primaria de producción, consumo y de reproducción. Los ciudadanos no se convertían en miembros de la polis directamente en cuantos individuos, primero debían ser reconocidos como miembros de un oíkos. Los ciudadanos eran libres, eran los dueños de las tierras, se dedicaban a asuntos de la polis, la clase ciudadana se ocupaba de los asuntos políticos de la urbe. Estos eran verdaderos atenienses, que descendían de los jonios. Todos los ciudadanos eran iguales frente a la ley. La ciudadanía ateniense era un privilegio que se adquiría cuando nacían y era hereditario, transmitiéndose de padres a hijos.

Otra clase social que existía eran los Metecos, eran extranjeros, quienes desempeñaron un papel importante en la economía ateniense. Eran artesanos, comerciantes, empresarios procedentes de todos los rincones de Grecia, que fueron a Atenas a hacer negocios, los metecos constituían una proporción importante de la población ateniense. No tenían derecho a voto ni a ocupar cargos públicos, ni tampoco sus hijos ni nietos. Estaban obligados a vivir en casas de alquiler. Pero no eran víctimas de restricciones sociales y las familias metecas se mezclaban con las familias de ciudadanos. Ciudadanos, metecos y esclavos, trabajaban a menudo juntos, cobrando a veces la misma paga. En los momentos de crisis los metecos podían enrolarse en las fuerzas armadas.

El hecho de que las metecas no pudieran engendrar hijos que disfrutaran de la ciudadanía ateniense contribuyó a trazar los contornos de la sociedad ateniense, creándose así dos clases de mujeres con las que los ciudadanos varones podían establecer relaciones estables, las amantes metecas y esposas ciudadanas.

La otra clase eran los Esclavos, eran propiedad de sus dueños, vivían sometidos a trabajos forzosos, era la clase social más numerosa, podían ser vendidos, no eran libres, no tenían derechos. Los esclavos que obtenían la libertad se convertían no en ciudadanos, sino en metecos. Estos vivían en muchas otras polis.

  • Información extraída del texto de Sarah Pomeroy, Stanley Burnstein, Walter Donlan y Jennifer Tolbent – “La Antigua Grecia. Historia Política, Social y Cultural”



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